Según publica la revista New Scientist, un grupo de científicos británicos andan desarrollando una nueva técnica de identificación basada en una serie de sonidos que emite el oído interno.
Los investigadores han descubierto que en el oído interno, en la cóclea o caracol, hay células ciliadas que no solo transmiten sonidos al nervio auditivo, sino que también producen un sonido cuya intensidad y frecuencia es diferente en cada persona. Estos sonidos, empero, solo pueden ser detectados con micrófonos muy potentes.
Estas emisiones, llamadas otoacústicas, son producidas cuando las células del oído interno rozan con la pared del caracol, movidas por una determinada serie de chasquidos.
Los científicos ya dedujeron en 1940 la existencia de estas emisiones, pero no fue hasta la década de los 70 cuando se comenzaron a estudiar, al desarrollarse micrófonos más sensibles. Un equipo de la Universidad de Southampton analiza ahora si los patrones de las emisiones son lo suficientemente fiables como para usarlo en técnicas de identificación. Teóricamente, es diferente entre hombres y mujeres e incluso entre personas de diferente origen étnico.
Este sistema podría tener muchas aplicaciones. Por ejemplo, los bancos podrían identificar a sus clientes por teléfono. Así, imagina que llamas a tu banco para ordenar una transferencia. Pero en vez de pedirte algún número de identificación o datos personales, el banco activa un sistema que te identifica simplemente detectando un sonido que emana de tu oído, que tienes pegado al teléfono. También los teléfonos robados podrían desactivarse cuando percibiesen que las emisiones otoacústicas del ladrón que lo quiere usar no son las mismas que las de su legítimo propietario.
La investigación continúa para determinar si puede utilizarse como un sistema de identificación biométrica tan fiable como son las huellas dactilares o el escáner del iris. Si bien en unas condiciones tan controladas como las de un laboratorio esto sí es posible, todavía no están totalmente seguros de obtener los mismos resultados en el mundo real. Y es que también se ha descubierto que los sonidos se alteran cuando la persona ha bebido alcohol o tomado ciertos fármacos, tiene una infección o cera en el oído.
El trabajo debe estar acabado para mediados del año 2010, fecha en la que esperan haber despertado el interés de las grandes firmas tecnológicas interesándose en el desarrollo de auriculares o móviles con micrófonos supersensibles.
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