lunes, 21 de septiembre de 2009

La escritura delata a los mentirosos

En lugar de analizar el lenguaje corporal, o el movimiento del ojo, medios tradicionales de validación de testimonios, un grupo de científicos de la Universidad israelí de Haifa, han estudiado los cambios en la escritura. Así, la forma en que escribimos a mano puede descubrir si estamos mintiendo. El cerebro trabaja más para construir la mentira, y ello se ve reflejado en la grafía. Este descubrimiento podría acabar empleándose para validar préstamos o en las reclamaciones de seguros.
En las primeras etapas de su investigación llegaron a la conclusión de que el cerebro se ve obligado a trabajar más en la elaboración de una mentira, lo cual se refleja a la hora de plasmarlo por escrito y difiere del proceso de escritura normal. Los científicos pidieron a treinta y cuatro voluntarios que escribieran dos párrafos, uno de ellos que narrara un recuerdo real y otro ficticio. Lo escribieron con un bolígrafo electrónico, sensible a la presión.
Los documentos se colocaron en una placa de ordenador, que controló y analizó su estilo de escritura. Analizándolos descubrieron que las mentiras habían sido escritas con un tipo de letra más alargada, y los voluntarios habían presionado más que en la narración del evento real.
La técnica es prometedora, pero necesita pruebas en una escala mucho más grande. Se sabe que la gente duda más cuando miente y algunas empresas ya utilizan este hecho para ver cuánto tiempo le lleva a la gente rellenar las casillas al cumplimentar encuestas en línea.

viernes, 18 de septiembre de 2009

Tulpa, entidad mágica creada con la mente

Alexandra David-NeelComo quiera que se definan los fantasmas en Occidente, en Oriente, en ocasiones, se consideran creaciones de la mente humana, tan reales e ilusorias como el resto de la creación.
Esto es especialmente cierto en el Tíbet, como descubrió la francesa Alexandra David-Neel. Cantante de ópera y periodista en su juventud, esta mujer aventurera sintió más adelante una gran fascinación por el Tíbet, y dedicó años a escribir sobre su cultura y su religión.
Le intrigaba particularmente un concepto místico del budismo llamado tulpa, entidad mágica que origina la concentración. El tulpa emerge de la mente de su creador, pero los demás pueden verlo y posee una voluntad propia. Su producción requiere una mente disciplinada, dada al aislamiento, la meditación y el dominio de ciertos rituales. Para el proceso es de vital importancia imaginar al ser que se desea crear.
El libro de David-Neel 'Magia y misterio en el Tíbet' narra cómo, en un período de varios meses, originó el tulpa de un monje rechoncho y alegre. Se convirtió en una especie de huésped amistoso, pero gradualmente fue ganando autonomía y su carácter dócil tomó un cariz agresivo. Adquirió lo que su creadora denominó "un aspecto vagamente burlón, taimado y maligno". Al final, la escritora decidió dar marcha atrás al proceso de creación y destruir aquel producto del pensamiento. Lo consiguió tras seis meses de ardua concentración.
Alexandra David-Neel, vestida de campesina en la imagen que encabeza esta entrada, fue la primera mujer occidental que visitó Lhasa. Murió en 1969 a la edad de 100 años.

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